EL OLEO
APRENDIENDO DEL PASADO
Antes de que se fundaron las escuelas de arte, la mayor parte de los artistas aprendían a pintar en estudios de pintores conocidos. Mientras estos eran aprendices copiaban la obra original de su maestro.
Esta tradición de la copia de obras anteriores se mantuvo viva bien entrado el siglo XIX. Entre los impresionistas Renoir por ejemplo, copio obras de grandes maestros del siglo XVIII. De los que aprendió a plasmar su amor por la luz y por los colores luminosos.
A medida que fue evolucionando la enseñanza del arte, la copia de los antiguos maestros era fundamental para la formación de cualquier artista que se iniciaba la pintura, creyendo que esta práctica es muy valiosa en la educación de los artistas, ya que la copia de un cuadro induce al análisis de la composición y de la manera que el artista trabaja los colores. Todavía hoy en día hay muchos artistas que copian, aunque lógicamente no es ya obligatorio en la enseñanza del arte. Pero no es raro ver la reinterpretación de un tema en concreto, siendo estas referencias un tributo al pintor.
Este es el caso de la gran mayoría de nuestros alumnos les sirve de gran utilidad la reproducción de las pinturas, sirviendole de referente a la técnica pictórica, aprendiendo con ella todo lo concerniente a composición y a la distribución de las áreas cromáticas.
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