EL PLACER DE DIBUJAR
El dibujo como forma de comunicación visual no ha cambiado desde los primeros dibujos que encontramos en las cavernas. Hoy en día medimos nuestros logros por el resultado de nuestro esfuerzo, en lugar de hacerlo por el grado de satisfacción que experimentamos en el proceso de trabajo. El dibujo ha sido desde el principio la respuesta estética del artista, la expresión de ideas o sentimientos puros, pero muy a menudo el artista se deja influir por las consideraciones externas especialmente por el deseo de triunfar o ser reconocido, tal es así que sin darnos cuenta esta forma de proceder nos conduce a la limitación bloqueando así el talento del artista, llevándole a hacer imitaciones de otras obras perdiendo así la individualidad.
La satisfacción no procede de la perfección ya que en el arte es muy difícil que exista. Posiblemente nuestros artistas más primitivos tuvieron la capacidad de expresarse sin pensar en los premios, ni en la competición, lo cual les hacía libres pudiendo dar testimonio de la creatividad.
Pero yo me pregunto,¿ es posible medir el arte o no es más que el subjetivismo personal?
Reflexión basada en el libro de Nick Meglin y Diane Meglin. Os lo recomiendo.
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